En un día triste y
oscuro de mi vida, como ser humano que soy, cometí
el error de tomar una decisión tal vez equivocada.
La pérdida de dos seres
queridos e importantes en 15 meses, hizo que mi cabeza se bloqueara y
no encontrara una luz para poder escapar de tal oscuridad. Me perdí
en un lugar insólito en el que predominaba la soledad, la tristeza,
el vacío. Era el mundo que yo me había creado, mi espacio, donde
nadie podía entrar.
Tenía muchas dudas que
me rondaban e intentaba buscarles explicación, mi cabeza daba
vueltas y vueltas para nada, ya que carecía de razonamiento lógico.
Intenté tomar medidas desesperadas, como dedicar gran parte de mis días a la construcción de
rompecabezas que constaban de 1000 piezas; de esta forma mi mente estaba ocupada sin pensar en nada del
exterior.
Lo anterior contribuyó a
encerrarme más en mi nuevo mundo creado, extendiendo por segundos
pensamientos de pérdida de mi propio ser, dando paso a ideas poco
prudentes. Tal fue la pérdida de mi misma que me introduje en caminos sombríos que sólo sirven para
atraer más problemas y
sentimientos de soledad, tristeza, etc., a nuestras vidas.
Un día mi cuerpo llegó al sufrimiento extremo, pensé que ya no
había vuelta atrás, que al
final había logrado lo que yo sola buscaba. Creí que todo allí
terminaba, sentí que mi vida se apagaba tímidamente. Entonces vi
una luz en el camino; de
repente mis pensamientos eran claros y firmes. Comprendí el
significado de la vida, encontré mi camino por las sendas del Señor,
me encontré a mi misma, y lo más importante: regresó mi fe.
Desde entonces aprovecho
cada segundo de mis días para ser feliz, entregando mis
conocimientos a personas que los necesitan. También transmito toda
la alegría y energía positiva que tengo en cada gesto o palabra que
ofrezco, intentando así que las personas que se cruzan en mi vida
sean tan felices como yo o más aún.
Todos los días doy
gracias a Dios por haberme dado la oportunidad de cambiar, de
evolucionar como persona más
humana, y por brindarme lo
más grande, como es poder ayudar a quien lo necesita y tener mucho amor en mi ser para ser entregado a otras personas.
Hoy reflexiono sobre lo
pasado y me pregunto: ¿Realmente fue una decisión equivocada? ¿Fue
un error que cometí?
Sinceramente pienso que
no fue un error ni una equivocación, simplemente era el paso que en
ese momento quería dar. Gracias al cual me encontré y llegue a ser
la persona que hoy soy.
29 julio 2012
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